Vida de San Juan María Vianney en dibujos (8)













El cura de Ars vivía con mucha preocupación ver como los hombres frecuentaban las tabernas y muchas veces acababan borrachos.








Poco a poco fue convenciendo a los taberneros para que cerraran sus locales y les ayudó para que los abrieran reconvertidos en tiendas.








Las mujeres del pueblo frecuentaban la casa del párroco para recibir catequesis y formación cristiana.











Pero a algunos no les gustaba lo que estaba haciendo el cura de Ars y un día le dejaron colgada en la puerta una nota con acusaciones injuriosas innobles.













El cura de Ars no se desanima y sigue trabajando para que el pueblo cambie completamente. Un día pronuncia la expresión "Ars ya no es Ars", él ha hecho posible el cambio.









Ciertamente todo ha cambiado. Las familias se reúnen para rezar.













Los hombres ya no van a las tabernas, sino que se entretienen con actividades sanas.









Todos van a Misa los domingos











Crece la devoción a la Eucaristía









Las procesiones son todo un éxito popular

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