El P. Dámaso estuvo entre nosotros

El P. Dámaso Ruiz Tintoré, conocido también como "Dámaso perico", celebró la eucaristía el pasado domingo 13 de noviembre, coincidiendo con el segundo aniversario de su ordenación sacerdotal que quiso compartir con nosotros teniendo en cuenta que estamos en el Año Sacerdotal que el Papa ha convocado con motivo del 150 aniversario de la muerte de nuestro santo patrono, San Juan María Vianney.

El P. Dámaso es conocido por haber sido animador del R.C.D. Espanyol, cuando antes de entrar en el Seminario animaba a su equipo de fútbol con el bombo.
Reproducimos la homilía que pronunció este domingo en nuestra parroquia:

Aniversario y Año Sacerdotal
Para los que no me conozcáis, me presentaré brevemente. Me llamo Dámaso Ruiz, soy de Barcelona y ejerzo el sacerdocio en la diócesis de Tortosa. He venido a celebrar con vosotros el segundo aniversario de mi ordenación, que fue el día 9. He querido hacerlo en esta parroquia por cumplirse 150 años del nacimiento de San Juan María Vianney, dentro del Año Sacerdotal que la Iglesia ha convocado por ser el patrón del clero diocesano.
Puedo deciros, en este poco tiempo, que cuando hablas de Dios a las personas, cuando celebras la Santa Misa, cuando transmites alegría y esperanza a personas que la necesitan, se tiene la experiencia de que el sacerdocio es una vida que llena.

EL CURA DE ARS
Esta misma experiencia, mucho más profunda, la tuvo el titular de esta parroquia, conocido como El Cura de Ars. No destacó por su facilidad en los estudios. Pero su ejemplo de vida atraía a numerosas personas que cada día acudían a su confesionario. De pueblos vecinos, y de países lejanos, y hasta en una ocasión un rey. Que los fieles y los sacerdotes nunca olvidemos la gran paz que da el perdón de Dios. Al elevar el Cuerpo de Cristo se le iluminaban los ojos. Un estímulo para salir de la rutina y la frialdad. No había pobre que no fuera atendido por él. Que esto nos impulse a ser más generosos.

SOCIEDAD INSATISFECHA
Vivimos en una sociedad insatisfecha. Las relaciones humanas se deterioran, las familias se desunen, se decreta por ley la muerte del inocente no nacido, incluso sin permiso paterno. Se quiere legislar la retirada del crucifijo en la escuela. Un signo de paz, de justicia, de generosidad; en definitiva, del amor más grande que es capaz de dar la vida, será expulsado del colegio. No por mal comportamiento. Más bien porque le han cogido manía…
En una cultura alejada de Dios son cada vez más necesarias personas que como San Juan Bautista preparen el camino al Señor.

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