A los 19 años, Juan María se incorpora a un grupo de chicos que también quieren ser sacerdotes y que son preparados por el Padre Balley
Juan María se esfuerza todo lo que puede con los estudios, pero se da cuenta de que tiene verdaderas dificultades con el latín
La preocupación que tiene Juan María le lleva a pensar que a lo mejor el sacerdocio no es su camino, pero el Padre Balley le anima continuamente para que no se desanime.
En medio de esas dudas, recibe el sacramento de la Confirmación, desde ese momento siempre firmará como Juan María Bautista Vianney
En 1812 Juan María Bautista dará un gran paso en su camino para ser sacerdote incorporándose al Seminario de Verrières, dependiente del Seminario de Lyon, donde se encontrará con otros 200 jóvenes.
Los Superiores de Juan María Bautista no ven clara su ordenación por sus flojos estudios, especialmente con el latín. Eso obliga al Padre Balley a interceder por él ante el Vicario General de la diócesis para que pueda ser ordenado.
El Vicario General pregunta al Padre Balley si Juan Maria Bautista es un modelo de piedad y si tiene devoción a la Virgen María, a lo que el Padre Balley responde que es admirable su vida de meditación y de piedad y la forma de rezar el Santo Rosario.
Ante esa respuesta, el Vicario General decide aceptarlo para ser ordenado, a pesar de sus dificultades con los estudios.
De esta manera Juan María Bautista recibe el diaconado, ya no hay vuelta atrás. ¡Será sacerdote!
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